Hola, cómo estás. Qué rápido nos volvimos a encontrar, ¿no cierto? Me estoy dando cuenta de que la escritura es una buena válvula de escape a esta realidad capitalista de facturación constante de la que te hablé la vez pasada. No terminó de entender si escribir me ordena o libera (¡¿y si el orden me libera?!), pero en ambos casos me genera satisfacción, así que voy a tratar de hacerlo seguido, convertirlo en hábito.
No puedo decirte cada cuánto porque siento que hay algo en la obligación que mata la esencia… Tanto una nota periodística, como un libro, una peli, o lo que sea, tiene que ser lo que tiene que ser. Tanto en extensión como en publicación, que salga cuando tenga que salir. Los tiempos de D10s son perfectos, los tiempos de la Pachamama también. La maduración depende de la historia en sí misma. ¿Te imaginás si alguien apuraba, no sé, El Rey León? No hay que forzar las cerraduras.
En estos tiempos el capitalismo está tan sarpado que industrializa todo. Ve algo y automáticamente lo moldea para que sea rentable o lo deja ahí, haciendo lo que puede… Como nosotres, que si no nos amoldamos a ese si$tema vamos a estar cada vez más expuestes al otro mundo, al humano, al de relacionarse sin plata de por medio. Hace poco escuché a Juan Rocco (acá en Filo.news y acá en Hipótesis de conflicto) que decía algo así como que el monstruo de la guita creció tanto que es un ente en sí mismo. Totalmente de acuerdo, qué decirte... Tan de acuerdo que este newsletter termina siendo una forma de resistencia a este mundo tan plagado e infectado de monedas (¡que ahora hasta son virtuales!). ¿Qué quiero decir? Que si viniera un agente del sistema a poner guita en este espacio 2.0 para publicar cada x cantidad de tiempo y mencionar tal cosa, dejaría de escribir para mí, para nuestro encuentro, pierde su esencia, su alma. Me perdería… Y ahí es cuando la guita logra fagocitar y reproducirse (encima el plano digital es terreno más que fértil para su reproducción). Son como dementores.
Espero que hayas agarrado esa refe porque estoy volviendo a ver la saga de Harry Potter y hay mucha data ahí. Si no sabés quiénes son, van las palabras del profesor Lupin a Harry: ‘‘Los dementores están entre las criaturas mas nauseabundas del mundo. Infestan los lugares más oscuros y más sucios. Disfrutan con la desesperación y la destrucción ajena, se llevan la paz, la esperanza y la alegría de cuanto los rodea... Si alguien se acerca mucho a uno, este le quitará hasta el último sentimiento positivo y hasta el último recuerdo dichoso. Si puede, el dementor se alimentará de él hasta convertirlo en su semejante: un ser desalmado y maligno. Lo dejara sin otra cosa que las peores experiencias de su vida’’.
Es fácil criticar a la guita cuando se la tiene. Me hago cargo, no ignoro mi situación de privilegio, pero esto va más allá del homebanking; esto, y sentime -no me juzgues, sentime-, es una guerra: capital vs. humanidad. Voldemort vs. Harry. No sentir vs. sentir. En la humanidad podemos, por ejemplo, emocionarnos; en el capital no. Ojo, te hace creer que sí, porque hay cosas materiales piolas, pero en el fondo nuestra condición humana no se rige por el mercado, sino por los sentimientos. Naciste, en el mejor de los casos, por amor. Nuestro génesis es un sentir, si nos lo quitan, nos hacen creer que hay que vivir para recolectar plata cuando en realidad vivimos para sentirnos vivxs, y ahí está la pregunta: ¿qué te hace sentir vivx? Te lo pregunto porque seguramente te lo estén quitando.
Creo que este concepto de defender la especie humana nos va a acompañar en futuras ediciones. Va a ser transversal a todo porque, como dije en el párrafo anterior, estamos en guerra (casi sin darnos cuenta entramos en las últimas pelis de Harry que se tornan re oscuras). Y en tiempos difíciles es cuando resalta lo invisible a los ojos, eso esencial que dice el Principito (un mini Harry (?)). En este caso, la condición que nos hace espectaculares e irrepetibles: ser una persona humana. Parece redundante lo de ‘‘persona humana’’, pero si me estás sintiendo, estamos yendo hacia otro tipo de personas, las que deciden no pensar por sí mismas ni cuestionar su entorno. Medio Unambomber todo (ya hablaremos de Ted también), pero bueno, difícil resumir todo todo el tiempo, perdón. Igualmente considero que es muy importante resumir y hacer analogías porque en esta guerra estamos escribiendo y reescribiendo la historia.

Cuestión, volvamos a lo que nos compete esta edición: qué te hace sentir vivx. Me interesa que me cuentes porque cada une tiene su condición humana depositada en algún lugar o lugares. Siguiendo con la línea de Harry Potter, introduzco el concepto de horrocrux, ‘‘un objeto muy poderoso en el que un mago o bruja ha ocultado un fragmento de su alma con el propósito de alcanzar la inmortalidad’’. La palabra suena fea porque viene del lado de Voldemort, pero puede tener connotación positiva, eh. Creo que en este proceso en el que estoy, de autoconocimiento para sentirme más libre, estoy descubriendo dónde está depositada mi esencia, mi alma, mi condición humana. Creo que en más de un espacio, pero sin dudas hay uno que identifiqué fácilmente: el fútbol.
Hace un par de semanas hice este posteo en Instagram que explica un poco cómo gracias al fútbol puedo transitar la vida. Me siento más cómodo y pleno en una cancha que en una oficina. De chico festejaba mis cumpleaños en una canchita de 5 y tiene sentido: celebrar un nuevo año de estar vivo donde más vivo me siento. Seguramente pida que mis cenizas sean tiradas en las canchitas de Marangoni de Parque Las Heras porque son mi primer recuerdo de sentirme vivo.
Mis días más tristes eran los sábados de lluvia porque se suspendían las clases. Detesto la lluvia por eso, porque me robaba la vida. Pequeños dementores que no me dejaban girar la pelota, que me robaban ese momento de libertad. En palabras de Diego: me cortaban las piernas. No te puedo explicar la frustración que sentía cuando tenía que quedarme en casa; tampoco la ansiedad que me generaba saber que podía llegar a suspenderse. O quizás pueda: una de mis pesadillas recurrentes es que no llego a un partido de fútbol por alguna razón.
Como intento explicar en ese carrete de IG, decodifico mejor el sinsentido de la vida a partir del fútbol porque mi viejo depositó su amor en mí de esa manera. Así como mi vieja lo hizo desde la incondicionalidad y preocupación constante, él lo hizo a través de la pelotita. Qué temita… Durante un tiempo estuve enojado con esa idea, la de sólo vincularnos a través del fútbol, pero después comprendí que esa es su manera más pura y genuina de interacción humana. Hay una gran (?) historia detrás que me encantaría contarte en formato podcast o streaming porque da para charla larga. Una charla que para mí divide a la humanidad entre quienes persiguen el deseo y quienes terminan sometiéndose a la moralina. Dame tiempo que estoy intentando cerrar con una productora para desarrollar esa idea, pero te prometo que si no sale, la desarrollaré igual.
Volviendo, ¿qué te hace sentir vivx? ¿Dónde depositaste tu alma? Para mí el fútbol tiene #cositas que trascienden las líneas de cal, eh. Es más, es tan trascendente que no son necesarias esas líneas, ¡ni siquiera una pelota! Me refiero a que al fútbol se puede jugar sin ningún elemento. Basta patear algo y ya, porque es mucho más que un deporte, es una filosofía de vida. Incluso si me corrés, puedo afirmar que al fútbol se puede jugar sólo con la imaginación, como la vida, así que creo que tiene sentido mi razonamiento… ¡Qué importante imaginar escenarios! Más en estos tiempos donde la creatividad está limitada a caracteres, filtros y financiamientos. ¡Qué importante la imaginación! ¿Sabés cuántas veces habrá soñado Messi levantar la Copa del Mundo? No sé el número exacto, pero sí sé que una vez al menos, porque no existe realidad que primero no haya sido soñada. ‘‘La vida es sueño’’, ‘‘Qué lindo que es soñar, soñar no cuesta nada, soñar y nada más, con los ojos abiertos’’, ‘‘Sueña con un mañana, un mundo nuevo debe llegar’’. Hace rato que personas humanas nos lo vienen diciendo… Pedro Calderón de la Barca, Kevin Johansen, Luis Miguel; en obras de teatro, canciones, películas: elige tu propia aventura, pero no dejes de soñar.
El fútbol es mi aventura. Me permitió no sólo conocer nuestra identidad argentina, sino no renegarla; comprender la importancia de jugar en equipo, de ser solidarix, de dejar cosas por otra persona, que en realidad no las dejamos, sino que las compartimos; confiar en los procesos, en quien está al lado, porque nadie puede solx -ni siquiera Messi, el mejor de la historia-; intentar todas las veces que sean necesarias si se persigue el deseo, que al final no hay mejor trofeo que no traicionarse; ir en busca de ese deseo con amor porque si no todo se hace cuesta arriba; comprender que no hay felicidad sin tristeza, ni alegría si no es compartida, porque no hay nada más poderoso que lo colectivo. Como verás, en mi aventura, no hay línea de cal que separe al fútbol de la vida.
Desde ya que te invito a formar parte, pero también quiero saber cuál es tu aventura. Igualmente mi alma no está depositada sólo en la pelota, también está en familiares, amigues, amores, canciones, comidas y lugares; como así también en familiares, amigues, amores, canciones, comidas y lugares que todavía no conozco, pero sueño con conocer…
Soñemos. Expresémonos. Seamos personas humanas, que lamentablemente la guerra ya empezó. No tengo idea cómo va a terminar, sólo sé cómo combatirla: con amor, nuestra manifestación más pura como humanidad.
Como siempre, muchísimas gracias por haber leído, por prestarme tu atención.
Nos leemos la próxima y ojalá que hayas empezado bien la semana. Y si no, tranqui, a seguir que la jugada más importante es la siguiente.
"(...) puedo afirmar que al fútbol se puede jugar sólo con la imaginación".
Cuando era chico, en primer grado, con un amigo de esa época, en cada recreo jugábamos a "La pelota invisible". Todavía me acuerdo de festejos de gol y de los nombres que usábamos para ser futbolistas un rato.
cómo va, lauti? leí tus dos mails juntos asique esta respuesta va por ambos. un placer volver a leerte, sobre todo con esa sensación de que escribís con la cabeza renovada (o por lo menos en eso estás). me cuesta hoy priorizar algo de las cosas que me hacen sentir vivo, sé que va por el lado de la comunidad (en estos tiempos de individualidad), el deporte y el humor al menos. mientras leía tu segunda entrega pensé en las redes y cómo nos moldean el deseo y, por ende, lo que creemos que nos hace sentir vives. dejo como sugerencia el último programa de FA de Mex en el que charlan sobre el tema (quise pegar el link pero no me deja, je). va un abrazo, nos leemos :)