Holis, cómo estás. No te la esperabas, eh, pero acá estamos, tirando el cable a tierra. Me vine a descansar Carlos Paz este finde XL (que debería ser simplemente largo si tuviéramos lo que merecemos: la #SL4D -pero bueno, el mundo es injusto-), ¿vos pudiste hacer alguna? Como te conté la semana pasada, mis últimos meses fueron intensos e inestables, así que acá estamos, respirando otros aires, relajando con amigos e intentando resetear un poco la cabeza.
Con mis amigos jodemos con que Carlos Paz es nuestra granja de rehabilitación. Realmente el Principado de Larreta va a otro ritmo y está bueno encontrar vías de escape. Acá hice una experiencia con psilocibina que algún día te detallaré. Por el momento, te recomiendo que veas el capítulo 2 de la serie Cómo cambiar tu mente (que está en Netflix) que representa muy bien lo que experimenté.
Hoy vamos a hablar de las palabras, parte fundamental de la estructura que mencioné la edición anterior, y también de las cantidades, tanto de palabras como de contenidos periodísticos.
El poder de la palabra
No sé hace cuánto me conocés, pero el concepto del peso de las palabras es algo en lo que vengo haciendo hincapié desde hace un tiempito. Les periodistas trabajamos de comunicar, ¿y cómo comunicamos? Principalmente con palabras, ya sea por escrito u oralmente. Por lo tanto tenemos que ser sumamente precises con la selección porque las palabras construyen realidades: lo que no se nombra no existe y lo que no existe no tiene derechos.
No es lo mismo, por ejemplo, aclarar que decir. Si x persona aclaró algo es porque antes pasó algo que llevó a esa persona a tener que volver a decir un algo nuevo. Por ende, con tan sólo un verbo atinado, ya tenemos una realidad distinta, una historia con contexto, algo fundamental para cumplir con #elmétodo.
¿Te acordás de cuando te hablaron por primera vez de los sinónimos? Seguramente te hayan dicho que son los equivalentes de las palabras, algo así como un recurso del ser humano simplemente para no repetirse. Ahí empezó el lío, cuando empezamos a equipararlas cuando cada una tiene su propio significado. Esto está bien claro en el chiste de ‘‘en alemán/japonés hay una palabra para tal cosa’’. ¡Y sí! Cada palabra llega a existir por la decantación de su propio peso, de su propia historia. No hay que subestimar ese recorrido (si sos periodista, claro, porque es el compromiso que asumiste).
Y hablando de asumir, te puedo dar ejemplos infinitos de mala precisión a la hora de comunicar. Ahora bien, ¿mala precisión o ejercicios diferentes del periodismo? Vuelvo de nuevo con un recap (?) de la semana pasada:
‘‘(…) al ser una persona quien cuenta la información, hay una mirada propia, personal, subjetiva, de ese alguien y de nadie más (…). Esa impronta se aprecia más en la estructura que mencioné anteriormente y detallaré en la próxima edición (por ejemplo en el uso de las palabras, el reflejo de esa subjetividad)’’.
¿Qué quiero decir? Que la mirada subjetiva la traducimos en palabras combinadas que forman oraciones que se articulan en párrafos. En esa estructura, en cómo la ordenamos, se ve nuestra impronta. Ahora bien, esa impronta para ejercer el periodismo tiene que sí o sí cumplir con #elmétodo. Eso no se negocia. Porque muches periodistas se respaldan en que cada une ejerce el oficio como quiere. Y no, hay bases, requerimientos mínimos de consenso. Entonces la mala precisión no puede disfrazarse de ‘‘ejercicio diferente del periodismo’’. La pregunta que hice más arriba está mal desde el vamos porque sin precisión de palabras no hay periodismo. ¿Por qué? Porque se está faltando a una premisa fundamental del oficio: darle valor a la palabra, nuestra herramienta de trabajo más importante, la que nos permite comunicar nuestro servicio (por esto se dice que la palabra es lo más valioso que tiene une periodista -no sé si alguna vez lo escuchaste-*).
Quien dice i cuando en realidad es i griega, está e-li-gien-do (más en gráfica, que podés editarte). A veces con maldad, otras por negligencia -les parece que es casi lo mismo, total es una i-, pero bueno, de eso se trata este newsletter: explicarte cómo es nuestro laburo para que vos le des valor a partir del entendimiento y elijas qué/quiénes consumir. Creo que el ejemplo que sintetiza todo esto es cuando la Policía reprime y la mayoría de los medios no usa esa palabra. Elegir no sólo para contar, sino también para matizar y/o tapar: elige tu propia aventura.
Cuantitativo vs. cualitativo
*Si la palabra es lo más valioso que tenemos les periodistas, ¿por qué hablamos tanto? Por la industria que se creó y que sigue las reglas de cualquier industria: la de generar y generar sin importar más que lo cuantitativo. Diseñaron una lógica que para estar informades hay que consumir noticias todo el tiempo. Pero… ¿qué es estar informade? ¿Qué es información? ¿Qué se comunica? ¿Por qué? ¿Cómo? Estas preguntas son las que definen a un medio. Cuando empiece con los streams, vamos a analizar los portales para responder esas preguntas.
La sobreinformación no es sólo un signo de esta época, eh. Antes estaba -y continúa- en cada diario llenado por llenar y en cada programa alargado por alargar, sólo que ahora se escaló a dimensiones impensadas porque Internet no sólo permite llenar espacios, sino que permite llenarlos todo el tiempo. Otro factor importante es que la información ya no sólo la circulan los medios, las audiencias también: pasaron de ser pasivas a activas (tanto para circular como para generar). Internet rompió con el monopolio de acceso y distribución de la información. Este cambio de paradigma debería haber pateado el tablero, pero sigue casi todo igual porque gana #elmercado, gana la lógica de la industria periodística: a más rating/visualizaciones/likes, más plata. Y todos los caminos conducen ahí, a la plata (y al poder, claro). ¿Importa cuáles son esas noticias que levantan el rating? ¿Importa a qué se le pone like? ¿Importa qué o quién pone like? Mientras los números cierren, siga, siga…
En una futura edición hablaremos sobre la relación entre producto-audiencia-marcas, de cómo interactúan para que siga importando lo cuantitativo por sobre lo cualitativo. Ahora freno porque arranca el Mundial de UNO y no me lo quiero perder.
Antes de irme quería decirte que todos estos ‘‘‘‘‘‘conceptos’’’’’’ van a estar sobrevolando todas las ediciones, así que seguramente hipervincule varias veces.
Bueno, hasta acá por hoy. Ojalá el feriado te esté tratando bien. También deseo que te esté gustando esta nueva modalidad. Igualmente la próxima voy a mechar con algo de actualidad para explicarme mejor y hacerlo más entretenido . Ayer con el discurso de Cristina, por ejemplo, hubo mucho para analizar.
Salu2 y nos reencontramos la semana que viene.
Hola Lauti mi amor, por casualidad no haces este formato pero en podcast, no? Porque me pongo la app que lee asi mientras escucho tus articulos hago otra cosa jajaja. Gracias por tanto y perdon por tan poco. tkm