Hola, cómo estás. ¿Yo? Espléndido. Realmente la psilocibina me resetea, qué maravilla toda la data que puede tener un hongo… La vez pasada te recomendé un capítulo de una serie, hoy un documental que se llama Hongos fantásticos (sí, también está en Netflix). Espero algún día bajar a palabras -si es que puedo- esa experiencia. En el interín, con ese capítulo y documental ya te estoy contando casi todo. Re denso con este tema, lo sé, pero es algo tan inmenso que es imposible no mencionarlo una y otra vez.
Pero bueno, acá estamos para intentar explicar el periodismo, así que con el background de #elmétodo, el poder de la palabra y lo cuantitativo vs. cualitativo ya estamos en condiciones de entrar en la tríada producto-audiencia-marcas, que pensé que iba a ser más adelante, pero esta nota sobre #desinfluencing -de la colega Laura Marajofsky- me dieron ganas de escribir al respecto.
#Desinfluencing
Te resumo la nota así nomás: hay una tendencia, que funciona como ‘‘antitendencia’’, que es hacer reviews honestas sobre locales gastronómicos. Esto habla mucho de lo que está pasando en el mundo digital pospandemia: sinceridad > pose (por algo BeReal fue una de las redes sociales más descargadas el año pasado). Ya todo dio la vuelta y se vuelve a los orígenes en el intercambio casi infinito de información que propuso Internet: compartir honestamente.
La irrupción de las redes sociales es algo nuevo en nuestras vidas. Las incorporamos y naturalizamos cuando Facebook no tiene ni 20 años (se creó en febrero de 2004), así que nuestros comportamientos se están adaptando, de alguna u otra manera, al juguete nuevo. Digo nuevo en comparación a los medios tradicionales como la televisión y la radio, que datan del siglo pasado.
Con la pandemia la digitalización se aceleró y nuestros comportamientos también: lo que ayer fue una irrupción y fascinación, hoy es orden y cuestionamiento. La vidriera de lo que pasaba en la esfera pública le pertenecía principalmente a los medios, hasta que llegaron las redes sociales y explotó el boom de la curaduría personal: vos y yo podemos ser protagonistas de una película.
El tema de la nota es que esa burbuja explotó y nos cansamos un poco de la selección para beneficio personal porque, como dije más arriba, no hay nada más comunitario que el intercambio de información. Y esto no sucede sólo en gastronomía, pasa en cualquier ámbito, periodismo también. El valor está en esa honestidad para que ganen todas las partes y no sólo una o algunas. ¿Cuáles son las partes? Las que explicaré a continuación: producto, audiencia y marcas.
Producto-Audiencia-Marcas
Como vivimos en un capitalismo salvaje, todo puede catalogarse como un #producto. El periodismo, que es un servicio, también (básicamente porque todo lo que se consuma puede serlo -según Carlos Marxn’t (?)-). Flojardo el chiste, perdón, a lo que voy es que tirás un rayo marketinero y tuki, habemus un #producto para salir a vender. Insisto: puede ser desde un par de zapatillas hasta un Mundial de fútbol masculino, pasando por un portal de noticias, una app de citas y más.
¿Está mal que todo sea un #producto? Qué sé yo, lo importante es que, como dije más arriba, ganen todas las partes: una audiencia que esté a gusto con lo que consume y marcas que promocionan su producto sin alterar el #producto donde publicitan y sin geder a la audiencia que está consumiendo tranquila lo que le gusta. Si la tríada se relaciona así, es un win-win-win para todes. Sin embargo, esa dinámica no suele estar tan aceitada entre las 3 (tres) partes… Generalmente se deja de lado a la audiencia y ahí es donde empieza a ganar la lógica de la industria: hacer guita entre algunes y que el resto se joda.
Como acá hablamos de periodismo, pensemos cómo funciona la tríada en, por ejemplo, portales (con pauta privada, porque la pública merece una edición especial -que habrá-). Generalmente entrás a uno y hay carteles publicitarios por doquier. Es realmente insoportable… ¿A quién le gusta entrar a una página y que te bombardeen con publicidades? A tan poca #gente que hasta Google creó una extensión para bloquearlas (!!!). Aún así, hay marcas que creen que una publicidad estilo pop up (onda que te salta de la nada y te ocupa toda la pantalla) es una buena idea. Ahí la tríada empieza a fallar, porque al #producto (sitio de noticias) le importa más esa pauta que la experiencia de su audiencia. Y ojo que las marcas también son responsables, eh: ellas tampoco piensan dónde y cómo están publicitando. Sólo les importa la lógica de siempre, los números; por eso no se preocupan por esa audiencia, porque generalmente no les importa, lo que les importa es que su producto se vea la mayor cantidad de veces posible. ¿Y lo cualitativo? Me arruga la ropa.
Por eso celebro y milito los medios que se preocupan por mantener esa tríada lo más armoniosamente posible. ¿Es difícil? Dificilísimo, porque hay que romper con una lógica preestablecida de una industria. Nosotres, las audiencias, somos fundamentales para romperla. Y también los #productos y las marcas, eh. Realmente es un laburo en conjunto, pero creo que las audiencias son las que marcan el camino porque ahora, y vuelvo a la edición anterior, son activas.
Antes estábamos obligades a consumir lo que nos ofrecían los medios tradicionales, hoy no. La oferta actual es casi ilimitada y eso genera otro movimiento de espectadores, mucho más distribuido y no tan concentrado. Esto que digo se ve reflejado en el rating: los números disminuyeron porque la tele como #producto perdió audiencia. ¿Por qué la perdió? Porque muchas personas decidimos consumir otros formatos y contenidos, pero esto no significa que la tele vaya a morir, simplemente lo que dije más arriba: más oferta, más distribución. Ni la tele, el cine o los libros van a morir, siempre y cuando tengan una audiencia que le cope el formato (y, obviamente, el contenido). Para mantener eso hay que laburar el interés e innovar. Nada pasa por sí solo…
Bueno, no creo que haya mucha teoría más que explicar, así que a partir de todos estos conceptos voy a empezar a ‘‘analizar’’ distintos casos de éxito para bajar todo más a tierra. ¿Con qué #producto te gustaría empezar? ¿Vamos con Rebord? ¿Cenital? ¿La Curva de la Moda? Decime y en base a las respuestas armo la edición que viene.
Nada, eso, gracias por leer y la seguimos por los comentarios de Substack, mail o Telegram, lo que gustes.
Salu2 y espero que estés teniendo una buena semana larga.
https://twitter.com/123pnz/status/1664239870103961600?s=20
Ayer me crucé con este tuit y después vi tu newsletter sobre la tríada. Y dado que como audiencia podemos elegir medios pero estos necesitan del "SEO" y de Google, si el clickbait es tan premiado... qué herramientas tenemos para denunciar la estafa en la que caemos como consumidores constantemente por unos clicks que nos hacen perder tiempo y no nos llenan?